Talleres perdió un partido cargado de emociones ante Alianza Lima y comprometió su futuro en la Libertadores

La T cayó 3-2 frente al conjunto de Pipo Gorosito. Paolo Guerrero, en dos ocasiones, y Hernán Barcos, en el quinto minuto adicional, marcaron los goles para el elenco peruano, mientras que Federico Girotti, por duplicado, había empatado para los de Guiñazú

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Tras las dos derrotas ante San Pablo y Libertad de Paraguay, Talleres de Córdoba llegó a la capital de Perú con un único objetivo: sumar su primera victoria en el Grupo D de la Copa Libertadores.

Con más actitud que buenas ideas, el conjunto de Pablo Guiñazú intentó imponer condiciones en el imponente estadio Alejandro Villanueva, que se lo vio colmado por más de 35.000 fanáticos incaicos.

El entusiasmo se esfumó de inmediato en La T. Es que Alianza Lima se puso en ventaja gracias a un preciso centro de Pablo Lavandeira que le permitió al histórico Paolo Guerrero exponer toda su experiencia y jerarquía. La leyenda con pasado en Bayern Múnich, Hamburgo, Flamengo, Corinthians y Racing, entre otros equipos, apeló a su potencia para sacarse de encima a Miguel Navarro y tocar contra un palo cuando Guido Herrera intentó achicarle el ángulo a su definición. Con el prematuro golpe, los del Cholo no sólo se derrumbaron anímicamente, sino que además sumaban una de las peores estadísticas de la competición: sin goles a favor, era una de las vallas más vencidas de su zona.

 Una recuperación de Guerrero en la mitad de la cancha marcó el inicio de otro ataque que pudo liquidar el pleito. La sociedad con Eryc Castillo y Fernando Gaibor volvieron a dejar al goleador frente al arquero rival, pero en esa oportunidad Herrera se lució con un manotazo magnífico que dejó a Talleres en partido.

En el complemento Alianza Lima amplió su ventaja gracias a la vía aérea. En uno de los tantos tiros de esquina que cayeron en el área cordobesa, Paolo Guerrero volvió a demostrar que está más activo que nunca al fusilar a Guido Herrera con un remate que se transformó en el 2 a 0.

De todos modos, la luz de la esperanza en Talleres se encendió cuando Erick Noriega derribó dentro del área a Ulises Ortegoza y Andrés Rojas sancionó la pena máxima. Desde los doce pasos, Nahuel Bustos le dejó la ejecución a Federico Girotti y el ex San Lorenzo terminó con su sequía personal con una definición cruzada que significó el descuento. La T no se resignaba en territorio incaico.

La resurrección se dio cuando restaban 20 minutos para el cierre. El desconcierto en el combinado de Néstor Gorosito fue capitalizado por Blás Riveros, quien envió un centro a la cabeza de Girotti para que el goleador con pasado en River empareje las acciones en Perú. Un gol que marcó el carácter de un equipo que parecía eliminado del torneo más codiciado de América.

Los de Pipo ingresaron en un espiral de tensión y nerviosismo que le permitió terminar mejor el partido a Talleres. La expulsión de Carlos Zambrano debilitó al conjunto albiazul y los del Cholo Guiñazú coquetearon con la hazaña.

Un travesaño desubicado que le negó la tapa del diario a Palacios representó lo que fue un final no apto para cardíacos. La gloria fue para Hernán Barcos, quien a sus 41 años selló el 3 a 2 en el quinto minuto adicional. Los peruanos sumaron tres puntos fundamentales para soñar por un lugar en los octavos de final, mientras que Talleres sufrió un nuevo golpe que lo deja al borde de la eliminación. Un partidazo que terminó con la felicidad incaica.

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